Lo confirmarìan estudios que habrìan sido realizados

SEGUN LOS ESPECIALISTAS, LA ACTIVIDAD CEREBRAL DE LOS TELEVIDENTES DE “SOÑANDO POR BAILAR 2” SOLO ES COMPARABLE A LA ACTIVIDAD CEREBRAL DE QUIENES FALLECIERON ENTRE 1973 Y 1985

Recientes estudios cientìficos que habrìan sido realizados por profesionales que entienden en la materia, demostrarìan que los televidentes de la segunda temporada de “Soñando por bailar”, (programa en el que un grupo de cuasi retardados mentales con la capacidad de entendimiento de un mapache y las habilidades lingüìsticas de una rodoendro compiten para ver cual de ellos/as llega a “Bailando por un sueño”, el show de Tinelli que viene descerebrando a millones de argentinos y en el que se mezcla a la palabra “solidaridad” con “puterìo”, “prostitutas vip”, “escàndalo”, “bajeza humana”, minas en pelotas y bailes de caño) tienen, al momento de ver el programa, la misma actividad mental que “un fiambre. Esto quiere decir que durante el rato que estàn frente al televisor mirando a todas esas aspirantes a pròxima-trolita-famosa-casada-con-futbolista arrancarse las mechas por un poquitìn asì de fama, sus cerebros se asemejan mucho al cerebro de un cadàver” sostuvo uno de los cientìficos que habrìa realizado el mencionado estudio. “De hecho y en algunos casos especìficos, descubrimos que ciertos cadàveres tienen màs actividad cerebral que estos televidentes, quienes en determinados momentos hasta llegan a perder el control de sus funciones fìsicas bàsicas, como la retenciòn de lìquidos y de materia fecal, y terminan meados y completamente cagados encima. Incluso hubieron aquellos que hasta de tan metidos que estaban en ese programa de mierda, dejaron de respirar hasta asfixiarse”. Los resultados meten miedo, pero màs miedo mete que el show tenga el raiting que viene teniendo y que en este 2012, el “Bailando por un sueño” vuelva a ser el programa nùmero 1 de la televisiòn Argentina otra vez. Si bien el estudio no es oficial y sus resultados no fueron presentados al mundo cientìfico, nosotros tomamos los datos que estos supuestos profesionales nos brindan y los damos como hechos ciertos, aunque nadie se haya preocupado en verificar su autenticidad. Total, si Clarìn nunca lo hace, no vamos a ser nosotros los que nos vamos a tomar el trabajo de laburar en serio, ¿no les parece?