Un cierto día de 1972, mi madre le dijo a mi abuela que me llevara al cine, a ver la nueva película de los Campanelli. Supongo que habrá sido en las vacaciones de invierno de ese año, ya que las peliculas de los Campanelli eran peliculas vacacioneras, filmadas para la ocasión, y esta se estrenó el 1ro de Julio del ´72.
Recuerdo que fuimos a Lavalle. No recuerdo por qué allí. La "calle de los cines" era una locura total, y la cola para entrar a uno de los cines en la que daban la de los Campanelli (furor televisivo de aquella época) daba la vuelta a la esquina.
Entonces, sucedió algo maravilloso, que tal vez, me haya cambiado el futuro. Eso, o se abrieron dos universos paralelos en mi vida, y en ese otro universo, soy gerente de una sucursal bancaria del Banco Santander en Vicente Lopez, y no este docente que soy hoy. Me inclino más en pensar que lo que hizo mi abuela en ese momento, definió mi vida "cultural", por así decirlo. Además de inculcarme, sin saberlo, una de mis costumbres más duraderas: si voy a un lugar y hay una cola así de larga, cancelo. En el caso del cine, aprendí a sacar las entradas con anticipación o ir a horarios en los que no va nadie. Si tengo que hacer 2 cuadras de cola para ver una película, lo siento, pero me voy para otro lado.
Pero vamos a lo importante: ante semejante panorama, mi abuela habrá dicho "ni loca hago esta fila interminable con este pibe de la mano".
- Vamos a ver que dan acá a la vuelta - dijo, y nos fuimos para el lado de Esmeralda o Maipú, donde también habían cines. Lo que no habían eran colas. Supongo que habrá preguntado en la boletería si la dejaban entrar con el nieto (o sea conmigo) y que si tal diálogo sucedió, la respuesta obvia fue sí, porque aquel día, y con 6 años de edad, mi abuela me llevó al cine a ver "Los diamantes son eternos", de James Bond, protagonizada por Sean Connery.
No me hice fanático de James Bond ni nada parecido, aunque he visto todas las películas protagonizadas por Connery, luego por Roger Moore, luego por el otro, que ni recuerdo su nombre, las de Pierce Brosnan y ahora las de Daniel Craig. Pero lo que siempre me pregunté de este hecho, protagonizado por mi abuela, es si yo hubiera sido otra persona, de haber entrado a ver los Campanelli en vez de "Los diamantes...".
Creo que si. No tengo pruebas, pero no tengo dudas.
Obviamente, mi cabeza explotó, casi literalmente. Y de hecho, los que explotaron fueron los testiculos de uno de los malos, a los que Bond le hacía una toma extraña, le metía una bomba en la entrepierna, y lo lanzaba por las borda de un yate. ¡Imaginense! Yo tenía 6 años en 1972, la television era en blanco y negro, había 4 canales que empezaban después del mediodía, y jamás había visto algo igual. Acción, besos, mujeres con poca ropa... y tipos a los que les explotaban los huevos (aunque seguramente entonces no supiera muy bien que eran esos).
No era un pibe de 6 años de hoy, que desde los 3 tiene un celular en la mano, tv las 24 horas, una tablet, y acceso a Youtube.
Si recuerdo y he recordado tantas veces ese momento (y la negación de mi abuela a hacer esa fila infinita) por algo debe ser.
También recuerdo el enojo de mi mamá, cuando se enteró que mi abuela me había llevado a ver esa película... y tenía razón, obviamente. Pero entre muchas cosas, siempre le estuve agradecido a mi abuela de que me hubiera hecho ver "Los diamantes son eternos" antes que los Campanelli.
Y con este sencillo recuerdo, me despido de Bond, James Bond
