Y si: el mundo está lleno de pelotudeces, de esas que uno dice “¡pero esto es una pelotudez!”. Las hay de distinto calibre, desde “pelotudez” a secas a “pelotudez atómica”, pasando por “¡pero qué pelotudez!”, “pelotudísimo” y “pelotudez gigantesca”. Aquí, en Como si no lo supieras consideramos que Facebook entra en la categoría de pelotudez astronómica de la escala de un pequeño universo. Abrir el mail y tener 3 spams, 4 mensajes hablando sobre la cualidad del Viagra y 12 comunicaciones de Facebook en las que nos enteramos que “A Tuti le gusta Osito de peluche en salsamuera”, “Unite a Matemos a todas las focas así la gente se deja de defenderlas” o que “Marita ahora es amiga de Fernanda que es amiga de la Tota” nos hace sentir tan mal como cuando recíen separados, llegábamos a casa, encontrábamos la luz del contestador automático titilando, y en vez de ser nuestra ex que entre llantos nos decía que quería volver, era nuestra santa madre para preguntarnos si habíamos llegado bien a casa. Por eso la calificación que le damos a Facebook. Por eso o porque en realidad en Como si no lo supieras no entendemos nada sobre la real importancia de esta nueva red social y estamos tan equivocados como el tipito aquel que cuando Passarela fue a probarse a Ferro le dijo “pibe, lo tuyo no es el fútbol”.
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