Según voceros calificados de lo que queda de la Unión Cívica Radical, los restos mínimos de éste partido centenario, que dejó de existir en Capital Federal aunque ahora haya resucitado de la mano de un prócer como Cobos y de una visionaria como Juana de Arco, estarían dispuestos a condenar dentro de unos 200 años, el bombardeo de Plaza de Mayo de 1955 "porque estuvo mal, seamos sinceros. Pero como en ese momento la idea era echarlo a Perón, nos cagamos en los 300 muertos civiles, nos cagamos en que las Fuerzas Armadas hicieran de vuelta lo único que sabían hacer bien, que era atacar a su propio pueblo, y nos callamos la boca. Pero estamos avanzando en el debate interno parangonando a la Iglesia, que tardó 500 años en perdonar a Galileo Galilei a quien habían condenado por decir la verdad, demostrando que el perdón está bien para los fieles pero no tanto para la cúpula eclesiástica y que la Iglesia o iglesia también se contradice ya que a Galileo se lo condenó no por mentir sino por todo lo contrario. Así pues calculamos que en 200 años vamos a condenar aquél bombardeo". Según los mismos voceros, la UCR calcula que "alrededor del 2410, para el quincentenario, estaríamos dispuestos a emitir una opinión sobre la Semana Trágica, semana durante la cual varios muchachos bien que militaban en nuestras filas se dedicaron a apalear judíos" aunque no estarían dispuestos "jamás, ni en pedo, ni en sueños, a revisar el papel de la UCR en el Pacto de Olivos, la no-condena a los fusilamientos de José León Suarez, ni la prohibición del regreso de Perón a la Argentina durante el gobierno de Illia, que aceptó ser presidente aunque el mayor partido de la Argentina estaba proscripto.
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