Se la ve rozagante a la presidenta de todos los argentinos. Está contenta. Sonríe. Parece feliz. "La visita a un país con tanta tradición democrática como la Confederación Rusa, con tanto respeto a los derechos humanos y tanta transparencia en su gestión estatal, nos ha enseñado mucho" declara hablando en tercera persona, a lo Maradona. "Fue un gusto haber charlado con un estadista de la estatura moral y ética de Putin y con un títere a quien es tan pero tan sencillo manejarle los hilos, como al premier Medvedev" opinó la primera mandataria quien se lamentó porque "no nos hayamos dado cuenta antes de lo bueno que es para el pueblo el comunismo. Sobre todo el stanilista, más que nada para purgar al país de los opositores". Distendida y bromeando agregó que "la ventaja que tienen los rusos es que no tienen en contra a la Mesa de Enlace ni a Lilita Carrió haciendo vaticinios apocalípticos y que, si los tuvieran, siempre pueden mandarles al ejército ruso que en eso de aplastar rebeliones tiene mucha cancha", para despedirse flameando una bandera del Che con una inscripción de la famosa frase "Hasta la victoria siempre" junto a un escudo del Partido Justicialista.
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