PREOCUPA AL GOBIERNO LA SEPARACION DE GRACIELA ALFANO

Apenas uno entra a la reunión de gabinete, se notan las caras largas. Sobre todo las caras largas de los varones. "Es que no conseguimos el número de Graciela" dice un allegado al Ministro de Economía, Carlos Fernandez, o Anibal o Alberto, no sabemos, quien nos mira y nos dice "no me miren a mi. Yo no tengo idea. Me enteré por los diarios on-line". ¿Por qué esto sería una preocupación?, pregunta ignorante de los vericuetos de la política de palacio éste cronista. "Pero dígame, ¿usted es puto?" lo interpela un alto subsecretario con llegada al despacho presidencial. "¡Graciela Alfano se separó y está disponible!" exclama un secretario del Ministro de Cultura. "No conseguimos el teléfono para llamarla y encararla. ¡Si la veterana está que parte la tierra!". El cronista los mira con extrañeza y pregunta si no hay cosas más importantes de las que deberían estar ocupándose, pregunta que es respondida con una risotada general, golpeteos en la mesa, aplausos y exclamaciones del estilo "muy bueno, muy bueno" y "¡pero qué pedazo de pelotudo!". "Pibe, ¿qué puede haber más importante que garcharse a esa yegua?". La redistribución de la riqueza, el calamitoso estado de los trenes Sarmiento, Roca y San Martín, la crisis bursátil mundial, aclara quien escribe esta nota. "Mirá" le dice un consejero de la Ministra de Defensa "si vas a seguir hablando boludeces, tomátelas". "A menos que tengas el teléfono de Graciela" aclara un asesor del Ministro de Salud, entre las risas de sus compañeros de reunión. Cabizbajo, éste periodista se retira de la reunión lamentando el bajo nivel del debate y el no tener el teléfono de la ahora señorita Alfano para pegarle una buena encarada antes que alguno de los Ministros le gane de mano.