ANGUSTIA: 1. f. Aflicciòn, congoja, ansiedad
2.
f. Temor opresivo sin causa precisa
3.
f. Sofoco, sensación de opresión en la región torácica
4.
f. Dolor o sufrimiento
Las palabras no son objetivas.
Ni siquiera la palabra objetiva lo
es, porque refiere a objeto, no a un equilibrio de opinión.. No hay nada que
involucre a una persona, y por tanto a su lenguaje, a su lenguaje, a las
palabras que elige y utiliza para expresarse, que tenga que ver con lo objetivo, si le atribuimos a esta
palabra el sentido de imparcial. A su
vez, la imparcialidad parece màs ser
un valor al que apuntar, pero imposible de ser alcanzado, al menos en su
totalidad. Si somos lo que decimos y decimos lo que creemos ser, la imparcialidad no existe. La imparcialidad no puede ser subjetiva. Y
nosotros, somos seres subjetivos.
Pero jugamos a que sì. Jugamos a que somos imparciales, y eso es algo
bueno; que ser imparcial, es algo a lo que debemos aspirar. Los jueces deben
ser imparciales. La información debe
ser objetiva (imparcial). Los periodistas, deben ser imparciales. Y todo asì.
Dicho esto, finalizada esta introducción, olvídense de encontrar en
estas líneas, atisbo alguno de imparcialidad.
Ni siquiera esperen un lenguaje neutro.
No lo habrá. Sòlo en estos párrafos introductorios. Luego… luego veremos.
CLASISMO – DESPRECIO – SORDIDEZ - INSENSIBILIDAD
¿Podemos permanecer objetivos (basta
de itálicas. De aquí en adelante, que sean sobreentendidas) frente a lo que nos
sucedió, como sociedad, en estos últimos 4 años de macrismo? ¿Còmo ser
imparciales al juzgar a este gobierno que se fue hace apenas 45 dìas, echado de
manera contundente por los votos, a pesar de contar con todo, absolutamente
todo a su favor, màs con la complicidad económica y financiera del FMI, que
financiò la campaña política màs cara de la historia? ¿Debemos intentar ser
imparciales, frente a los números, esos números que no son tales, porque
representan a seres humanos? ¿Còmo no dejar escapar insultos, si aùn hoy, luego
de ser eyectados de un triunfo que hasta mayo no había forma de que se les
escapara, a pesar de haber conducido el Titanic adrede contra el iceberg, siguen
tuiteando en tono sarcàstico y aconsejando al actual presidente sobre el manejo
de la economía que destrozaron, dejando caer sobre ella una bomba nuclear del
tamaño del Empire State?
Personalmente, no puedo. No puedo ser imparcial frente al balazo por la
espalda. No puedo ser imparcial frente a las fotos de 7 plantines de marihuana
presentados como un golpe al narcotráfico, ni a la muerte de maestros por falta
de mantenimiento en las escuelas bonaerenses, maestros a los que Vidal no
nombrò siquiera una sola vez; Vidal, la gobernadora de una provincia que no
tenía inseguridad, ni deuda, ni nada. Segùn nuestros medios que informan
objetivamente, claro està. E informan no informando, vaya paradoja.
MISERIA: 1. f. Estrechez o pobreza extrema
2. f.
Condiciòn de miserable
3.
f. Tacañerìa o avaricia
4. f.
Desgracia
5. f.
Suciedad extrema
6. f.
Plaga, especialmente de piojos
La idea tras este artículo (¿ensayo fallido, reflexión a cielo abierto?),
fue pedirle a mis contactos de Facebook y de Twiter, que definieran estos 4
años de macrismo con una sola palabra. Una sola. Hubo màs de 100 respuestas.
Muchas palabras, por supuesto, se repitieron. Otras, se relacionaban entre sì.
Ahora creo que la consigna estuvo mal planteada, porque aparecieron 2 ò 3
palabras positivas, como por ejemplo, solidaridad. Entiendo que quien la
escribió, no lo decía como algo bueno del gobierno del PRO, sino que pensaba en
còmo se reforzaron esos lazos solidarios, frente al ataque impiadoso que el
gobierno lanzò contra la población general. Tal vez debiera haber preguntado
puntualmente por el desempeño del gobierno macrista, para acotar el universo de
palabras. Pero estas 2 ò 3 que aparecieron, fueron la excepción.
Angustia quedó en primer lugar, con 6 repeticiones. Primera en el podio.
Supongo que si preguntara a esas mismas personas que escribieron angustia, què
sintieron el 10 de diciembre tras la asunción de Alberto Fernandez (ese dìa
terminò el 2019, Hosbawn quote required), junto a “felicidad”, la otra palabra
que màs aparecerìa, habrìa sido “alivio”. Es que vivimos 4 años de angustia,
entendida como sofoco, como un peso en el pecho que no nos permitìa respirar,
en muchos casos y tras los balazos y los ahogos en rìos de la estepa
patagónica, de forma literal.
El macrismo llegó al gobierno para hacernos sufrir, aunque sus palabras,
dijeran otra cosa que tanta gente creyò. Fuera de su avaricia sin parangón, lo
otro que el gobierno del falso ingeniero tenía en el menú para todos aquellos
que no fueran ellos mismos, era provocar angustia, entendida como dolor y
sufrimiento. Sofoco económico, emocional, vital. Vuelvo y repito aquella idea
foucaultiana de la biopolìtica, de como en su momento Hitler llevò a la
población alemana casi al borde de su exterminio, la expuso al peligro extremo
y la arrojò a su propia destrucción, para que sòlo los màs aptos sobrevivieran.
Y si sobrevivìan, entonces si eran merecedores de vivir en la gloriosa Alemania
que surgiría tras la WWII. Creo (estoy convencido) que el gobierno de Macri
intentò algo similar. Por eso las constantes promesas, jamàs cumplidas, cuasi
religiosas, de la necesidad de vivir un presente calamitoso a cambio de un
futuro venturoso, a cuyas puertas jamàs arribamos, siquiera para pispear por la
cerradura, y ver còmo era ese supuesto paraíso que tanto sus palabras prometìan
como sus actos negaban y nos llevaban en vìa contraria.
Nunca he pasado hambre. No se cuantos de quienes lean estas líneas, la
habrán pasado. No hablo de apetito (al
que confundimos con el hambre). No. Hambre. La incertidumbre (esa a la que
debìamos acostumbrarnos, según el macrismo, y entonces digo que CINISMO
compartiò el segundo lugar en el podio, con 5 repeticiones) de no saber
cuàndo se volverá a comer; debe ser de las cosas màs desesperantes de la
existencia, ser condenado a morir de inanición porque asì lo decidieron quienes
nos gobernaban, ver a tus hijos e hijas llorar por el dolor de tener la panza
vacìa… y escucharlos decir que en el segundo semestre la lluvia y blablablá nos
revolvía, a quienes si comìamos, el estòmago.
Un amigo eligió la palabra MISERIA
(EN TODAS SUS ACEPCIONES) como aquella con la que definìa los 4 años de
Macri en el gobierno. Leyendo todas las acepciones que da la RAE, es posible
afirmar que a este período le caben
todas ellas, inclusive la de plaga de piojos, los piojos que se comieron al 40%
de los y las argentin@s que quedaron en la pobreza màs absoluta, mientras los
piojosos de Caputo, los Calcaterra y los Macri, seguían llenándose aùn màs de
dinero.
Otra palabra que apareció apenas una vez, pero que me gusta, es PERVERSION. Como abrì aquel hilo con la
pregunta en las redes sin elegir ninguna, para no condicionar a nadie, elijo
esta. Perversiòn. Nos gobernó un grupo de perversos, en su peor versión posible.
El que te està cortando la garganta, y te sonríe mientras lo hace, al tiempo
que te dice que no te preocupes, que no lo hizo para asesinarte, y que, una vez
muerto, sale a explicarles a todos que vos te lanzaste contra el cuchillo. Ni
la paz del entierro, porque en tu velorio, cae la cana de Larreta a pegarle
entre 8 a una embarazada que andaba por ahì.
Destrucción – Horror – Matanza – Oscuridad – Vacio - Muerte
Fueron, son y serán tanàticos. Se relacionan con la muerte y la
negación. Comienzo a escribir estas líneas un dìa después de un nuevo
aniversario de la muerte del fiscal con cuentas offshore y propiedades no
declaradas en Uruguay, Nisman. Se montaron sobre la tragedia de Cromagnon, para
hacer pie en la CABA. Se montaron sobre la tragedia de Once para esmerilar al
gobierno de CFK. Prendieron fuego Iron Mountain. Se montaron sobre el suicidio
de Nisman, para llegar al poder y destruir todo lo construido en esos 12 años
de gobiernos kirchneristas.
El desprecio por la vida no hizo distinciones, aunque los votantes
macristas se sorprendieran de ser echados de los organismos oficiales como
cualquier K, hijo de vecinos. “Pero si yo lo vote… y no soy k”. El desprecio
por la vida de sus gobernados viene de larga data, y no distingue banderìas
políticas: los coches con asbestos, de la línea B y el abandono de 12.000.000
de dosis de vacunas en la Aduana, son apenas 2 botones de muestra de còmo, para
Macri y los suyos, solo los que sobrevivieran a su gobierno, merecerìan un
lugar en el paraíso prometido para el futuro venturoso que ya llegarpìa. Sòlo
tenìamos que esperar...y sobrevivir, claro.
La muerte sobrevolò toda la administración macrista, que se dedicò a
administrarla sin piedad, empatìa, remordimiento alguno ni atisbo de humanidad.
Un jubilado se suicidò en la sede del PAMI de Mar del Plata; enfermos de cáncer
a los que se les negaba la medicación; calendarios de vacunación
discontinuados; escuelas sin mantención; balazos por la espalda para todos y
todas; Macri recibiendo al policía Chocobar en la Casa Rosada; Rafael y
Santiago; los festejos en las redes de los trolls y los simpatizantes, que se
burlaban del “hippie” que se había “ahogado solo”. Abrieron su gobierno con 43
gendarmes muertos, apenas asumieron, y a los que nunca màs nombraron;
promediaron con el ARA San Juan, al que ni siquiera querìan seguir buscando.
Usaron tanto a los muertos, que a 2 semanas de fallecido Franco Macri, su hijo
salió en la tv abierta a acusarlo de ser un corrupto màs durante el
kirchnerismo. Asesinaron a Timerman, con una crueldad horrorosa, y silenciaron
la muerte de Sandra y Ruben por una explosión de gas en una escuela de Moreno.
De algunas muertes se habla; de otras, no.
CAOS: 1. m. Estado amorfo e indefinido que se supone anterior a la ordenación
del cosmos
2. m. Confusiòn, desorden
ASCO: 1. m. Alteraciòn del estòmago causada por la repugnancia que se tiene a
algo
2. m. Impresiòn desagradable causada por algo
que repugna
3. m. Persona o cosa que produce
Avisè que èste artículo no sería imparcial. Lo que no avisè, es que
sería diletante; que saltarìa de la idea original de hablar sobre las palabras
a través de las que otros eligieron, a hablar con mis palabras, saltando de
tema en tema como quien cruza un arroyo brincando sobre las piedras. Tampoco
avisè que para analogías poéticas, soy patético.
Pero las palabras hablan y nos hablan. En “The Great Hack” (Netflix,
2018), Alexander Nix, ex CEO de la infame Cambridge Analytica, se ufana de
tener entre 4000 y 5000 “puntos de entrada” sobre cada votante estadounidense.
¡5000 datos sobre nuestra personalidad, brindados libremente por nosotros
mismos!. Charles Augustus Magnussen, esa especie de Murdoch de los medios que
aparece en el 3er capìtulo de la 3ra temporada de Sherlock, no guarda toda la
data que maneja (sobre políticos, famosos, poderosos, para extorsionar,
presionar y conseguir lo que quiere) en ningún disco duro, nube, ni en nada
físico: todo està en su cabeza, ordenado en su “palacio de la mente”.
Todos, querramos o no, tenemos una mezcla de los 5000 puntos de
Cambridge y de los ficheros de Magnussen sobre los demás en nuestras cabezas.
Algunos tendrán màs, otros menos. Pero todos sabemos què exactas palabras va a
decir el cuñado gorila en el asado del próximo domingo. Sabemos que la mujer en
la cola del banco que dijo “la Porota”, repetirà que lo de Kicillof fue un “impuestazo”, que Alberto “recortò las
jubilaciones” y “devaluò un 30%” y que tuiteò “A Nisman lo asesinaron”. Que si
dice que no le interesa la política, en algún momento abrirà la boca para
hablar contra “los negros” o “los planeros”. Lo sabemos. Tenemos, muchas veces,
la esperanza de que no sea asì, de que estemos equivocados sobre es@ chica@ que
nos gusta, con quien finalmente arreglamos para salir después de chatear 3
semanas, y que acaba de decir “¿para què tienen tantos hijos?”; esperamos,
rezamos, rogamos, que luego no agregue “Para cobrar màs planes y no laburar”.
Pero lo agregarà, a pesar de nuestras suplicas a una entidad superior. Y
entonces huiremos, levantando nuestra mano y gritando “¡Taxi!”, la forma en que
resolvía toda situación incòmoda Jen Barber, el personaje de la serie inglesa
“It Crowd”.
CACA – CLOACA – MIERDA – BASURA
Sin irnos tan lejos, todos ustedes que están leyendo estas líneas, saben
que otras palabras que no escribì, utilizo a diario. Saben también que toda la
gente que respondió a mis posteos, no votò a Macri. Que muchos, casi todos,
sufrieron de manera directa, o a través de parientes, amigos, o vecinos, del
desastre que fue su gobierno. No tengo que escribir una frase que diga “todo lo
que hizo Macri fue una mierda”, porque ya saben que pienso eso. Y saben que
quienes respondieron, también.
Nuestro universo comunicacional, ese que internet iba a “democratizar” y
expandir hasta el infinito, cada vez es màs estrecho. No tengo un sòlo
contacto, ni en Facebook, ni en Twiter, que haya votado a Macri. Es asi.
Lemantablemente o no, todos lo sabemos, es asì. Por eso, las palabras
“positivas”, tuvieron relación con ese universo de contactos y amigos en las
redes: RESISTENCIA – SOLIDARIDAD – ELLA.
Serìa interesante tener la posibilidad de hacer la misma pregunta a un
grupo de macristas, defensores de estos 4 años que, para las grandes mayorìas
(incluidos ell@s mism@s), fueron de tierra arrasada. “Republicanismo & coso”
escribrìan (gracias @rinconet). Y de
ahì pa` adelante`, ya conocemos el resto.
INDIGNACIÒN – INCENDIO – IGNORANCIA -
INEFICACIA
Macri y su troupe fueron hitlerianos (perdón por utilizar tanto “el
recurso Hitler” – gracias “Trolls”, de @mmlamoyano). Sl final, fueron el Hitler
de Bruno Ganz ordenàndole a Speer que destruyera todo lo que quedaba en pie en
una Berlìn ya demolida por los rusos. Si hubo algún funcionario macrista que,
como Speer, hubiera decidido no cumplir esta orden, no lo sabemos. Pero si lo
hizo, nadie se enterò. Arrasaron con todo. Siguieron nombrando empleados en
planta permanente de a miles, literalmente, de a miles hasta 10 dìas antes de
entregar el mando. Hay directores, como Jorge Macri, que se niegan a abandonar
sus lugares a menos que les paguen indemnizaciones fabulosas. INDIGNIDAD fue también una de las palabras
que entrò en el podio de las màs repetidas. Todas palabras que remiten a
sentimientos, ideas y valores negativos.
Por eso quiero terminar con una que, gracias a todos los santos, no
apareció entre las respuestas que recibì: ESPERANZA,
una palabra hermosa que no suelo utilizar. No una esperanza boba, porque
tener una esperanza de ese tipo, sería comportarnos como los hicieron los macristas
- y siguen haciéndolo -, negando toda realidad que contradiga sus creencias.
Como escribió Sebastian Plut en un artículo del 16 de enero en Pàgina 12,
reproduciendo un diálogo con una votante de Larreta: “Cuando opinè que eso no
era cierto, aquella cerrò el diálogo con firmeza: no me importa, para mi es cierto”.
Otra vez saltè de piedra. Sepan disculpar. Fue la última. Ya lleguè a la
otra orilla.
ESPERANZA: 1. f. Estado de ànimo que surge cuando se presenta como alcanzable lo que se desea
2. m. 10 de diciembre de 2019
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